REFORESTACIÓN Los árboles son esenciales para la vida y para nuestra supervivencia, ya que al ser los principales productores de oxígeno en el mundo, representan la vida y fertilidad de nuestra tierra. Además, dentro de los muchos beneficios que nos aportan, nos ayudan a regular la temperatura de un ecosistema, a evitar los escurrimientos excesivos a la tierra fértil, a inhalar el dióxido de carbono (CO2), a mantener los ríos limpios, propician el establecimiento de otras especies, y regeneran los nutrientes del suelo, entre otras cosas. Los árboles son tan importantes para la vida en nuestro planeta, que se estima que la conservación forestal podría proporcionar casi el 30% de la solución para limitar el aumento de la temperatura global. Sin embargo, la deforestación representa una gran amenaza, pues produce el 15% de las emisiones anuales de CO2 en todo el mundo. Tan solo en 2017 el mundo perdió 15,8 millones de hectáreas de bosque tropical, y cada año se queman o talan alrededor de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo. Esto implica la extinción local o regional de las especies, pérdida de la diversidad ecológica, e incluso la capacidad de contener inundaciones. La educación ambiental transmite valores esenciales como la empatía, el respeto y el sentido de comunidad o unión hacia uno mismo y hacia el entorno. Enseñar a las niñas y niños la importancia de la reforestación es una forma de ejemplificar que, al unirse en un proyecto o causa común, se pueden reforzar los vínculos que se tiene entre la comunidad, así como el valor del trabajo en equipo para cumplir un mismo objetivo: mejorar nuestro mundo. El cuidado al medio ambiente también ayuda a transmitir el respeto y la bondad hacia todos los seres vivos, a ser más conscientes sobre el impacto que el ser humano ha tenido sobre él, a identificar y mejorar en nuestras áreas de oportunidad, y a asumir retos relacionados con el cuidado de nuestro entorno. Como parte de esta actividad los participantes conocerán los tipos de reforestación, rural y urbana. Además de estudiar el entorno, es decir, analizar el terreno y verificar las condiciones del lugar, tales como: * La profundidad, textura, fertilidad del suelo. * Si el clima de la temporada es seco o húmedo. * Conocer la flora y fauna autóctona que habita en el ecosistema. Para finalizar la actividad, los niños eligen un árbol de su agrado, al que asignarán un nombre y del cual se convertirán en padrinos, con la finalidad de sensibilizarlos respecto a la importancia de la reforestación en el cambio climático y el ciclo del agua, entre otros beneficios.