C. Simón Núñez La Isla Saludos a todas y todos. Muchas gracias por este espacio de participación en el Cabildo Abierto. Me da gusto vernos aquí reunidos, compartiendo ideas, dialogando y, sobre todo, con la esperanza de que todo lo que hoy se plantea se convierta en una realidad dentro del municipio. Estoy convencido de que así será. Esa esperanza nace de una filosofía muy sencilla pero poderosa, una que aprendí de mi abuela: primero se da, primero se ofrece… y luego se espera. Así somos los campesinos. Nosotros ya hemos dado, hemos trabajado, aunque muchas veces no se vea. Porque hay cosas que no se notan, pero también hay cosas que no se pueden ocultar. Lo que necesita nuestra comunidad es sensibilidad e inteligencia. Dentro de cada uno de nosotros hay una historia: somos alumnos, somos artistas, somos padres, hijos, maestros, y sí, también soñadores. Si me permiten, quiero compartir desde un punto de vista personal. Veo muchas necesidades, pero hay una que grita en silencio: nuestra Casa de Cultura está muerta. Y eso duele. Porque la cultura es el alma de un pueblo. Quienes nos dedicamos a ella le damos vida, le damos luz. Han pasado varias administraciones y el tema cultural siempre ha quedado relegado, escondido detrás de excusas, trámites eternos y largas esperas. Personalmente, estoy cansado. No por enojo, sino por el desgaste de ver pasar gobiernos sin cambios reales en este tema. Pero hoy tenemos una oportunidad. Una oportunidad verdadera de hacer las cosas diferente. Esta administración apenas comienza, lleva dos meses, y quiero creer que tienen la disposición y el compromiso para hacer historia. Por mi parte, no estoy aquí para dar ocho horas de trabajo. Estoy aquí para entregar mi vida entera, porque este pueblo lo merece. Quiero compartir dos casos muy especiales: El de un joven que no fue aceptado en su escuela, pero encontró en el arte un camino, una forma de vida, un propósito. El de una chica con un problema de salud que ha encontrado fortaleza y sentido a través de la cultura. Estas son solo dos historias de muchas. Nosotros las conocemos, las vivimos, y no podemos ignorarlas. Ha habido momentos en los que como artistas no nos hemos sentido reconocidos ni respaldados, pero ya no se trata de seguir hablando del pasado. Se trata de decidir qué vamos a hacer hoy. Todos aquí tenemos familia. Hijos, abuelos, hermanos. Vivimos en un municipio lleno de riqueza humana, de niños talentosos, de artesanos dedicados. ¿Y no hacer nada con eso? Eso sí sería una irresponsabilidad. Eso sí sería una grosería. Estoy dispuesto a recibir críticas, y las entiendo. Pero esto no se trata solo de mí, se trata del pueblo. Un pueblo que ha crecido, que sigue enfrentando muchas necesidades —como la falta de agua, por ejemplo—, pero que también necesita alma, necesita arte, necesita cultura. ¿Cómo vamos a reconstruir esta casa que es nuestro municipio? ¿Cómo le vamos a dar mantenimiento y vida? Hoy ustedes tienen la oportunidad de marcar una diferencia, de que no sea lo mismo de siempre. Ya no más el "espérenme", el "luego lo vemos", o el "no eres de mi partido político". ¿Cuántas veces hemos escuchado eso? Nosotros, los artistas, estamos enamorados de los colores de la libertad. En el pueblo somos alrededor de 120 artistas, cada uno con una familia, y aunque no siempre estemos visibles, estamos aquí. Hay niñas y niños con un talento impresionante, y su formación la están impulsando los padres, los maestros. Entonces, la pregunta es: ¿ustedes, como administración, qué están haciendo? Yo quiero creer que lo harán. Y que la próxima vez que estemos aquí no sea para pedir, sino para hablar de los resultados que se han logrado. Es tiempo de trabajar, de generar acciones reales. Estoy listo para caminar de la mano con ustedes, para construir un mejor San Antonio La Isla desde la cultura. Porque este pueblo lo necesita. Y lo merece. Muchas gracias por su atención.